Incorpora aquí tu continuación (expansión narrativa) del relato titulado "A primera vista" de Poli Délano. Texto: Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro...
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Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro pero nunca llegaron a hablar, la vergüenza los distanciaba. Los dos sufrían mucho, pero en el fondo se querían en el silencio. Cuando se veían se cruzaban las miradas y se intercambiaban sonrisas. Los grandes colmillos y afilados a él le causaban una impresión de miedo y otra de amor. Ese miedo le impedía expresar su amor por ella.
A esta le apasionaba el color pálido de su tez.
La primera vez que entablaron una conversación los dos estaban muy avergonzados, él se lanzo a sus labios porque no aguantaba mas tener ese gran amor tan grande en un corazón tan pequeño, ella no supo que contestar ni que hacer pero el fue un caballero y se despidió de ella hasta la próxima cita. Cada vez se veían mas a menudo, y sus conversaciones tenían cada vez mas sentido hasta que él le pidió matrimonio.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro, pero en sus caminos no estaba encontrarse hasta que el destino así lo decidió.
Ella estaba aturdida, no sabía exactamente lo que sentía, pero solo sabía que él existía.
Sus objetivos eran vivir el presente y disfrutar juntos todo lo que pudieran, ya que no sabían lo que podía suceder.
Todas las personas afectivas a él estaban en contra de esa relación, pero aun así la mantuvieron en secreto.
Pasaron varios meses y la relación no avanzaba. Ella tuvo que tomar la peor decisión de su vida, apartarse de su amor, y seguir su camino sola.
No quiso despedirse, ya que no sabía como hacerlo y lo mejor para los dos era dejar el tiempo pasar y esperar que todo se olvidase.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro, o eso es lo que pensaban, pero él no sabía que el destino poco a poco iba a acabar con sus esperanzas,
recuerda la primera vez que se vieron mientras los labios de ella acarician su piel, pero ella no está dispuesta a luchar por amor.
Creía que eran uña y carne, pero el presente los engañó, dejándolo sumido en un charco de sangre a causa de los labios de la mujer a la que amo.
Ella satisfecha, corrió sin rumbo, y mientras se elevaba a causa de la rapidez, se dio cuenta de lo que acababa de perder.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro,pero solo una cosa los iba a separar,ya que a ambos les distanciaban el miedo a empezar una nueva relación de amor después de haber tenido varios tropiezos y amarguras en sus vidas sentimentales.Desgraciadamente,esa relación nunca funcionó,ya que el primer día que su amor y deseo se unió e iban por fin a ser felices un accidente fatal acabó con sus vidas y con su tímido y complicado amor.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro, pero desafortunadamente, a veces hay una celestina que no se conforma con lo que tiene. Por eso, no se sabe si son los celos, la angustia o simplemente el egoísmo de querer tener lo que personas inferiores a ella tienen. La incapacidad de tener todo lo que se quiere o se desea, a veces te conduce por caminos no deseados por nadie.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro, eso fue lo que pensé al ver la película de "Crepúsculo", nada más salir del cine, de su estreno. Pensé que algún día podría encontrar al vampiro de mi vida, que me mordiera y me tomara como una presa ante sus manos gélidas.
Tras pensar en las musarañas, comprendiendo que sería un sueño imposible, cuando de repente un hombre se tropezó conmigo. Se me cayó la cartera y los dos casualmente fuimos a recogerla. Rocé sus gélidas manos, y lo miré a los ojos, y comprendí que ese sería el vampiro de mi vida.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.Pero sabia que solo era un sueño y que eso no podia ser verdad que los vampiros existieran y que mi novia mi mejor amigo estubieran juntos. Ese mismo dia en clase me di cuenta que era verdad entonses saque la pistola que llevaba en el coche y mate a mi y a mi mejor amigo y luego me sucide.Todo abia acabado si yo no podia tener a aquella chica el tampoco.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro. La sangre bombeaba rápidamente en los oídos de aquel pobre humano enamorado. El deseo por la sangre se apoderaba de aquella mente vampira más rápido que un cervatillo cuando se aleja de un depredador…
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro. Ella creía que lo era todo para él, y el creía que lo era todo para ella, pero realmente sólo sentían una gran amistad, un gran cariño... que acabó con todo, sé miraban y tenían una gran fuerza, sentían que el mundo no tenían sentido uno sin el otro. No sabían hacer algo si el otro o la otra no lo hacía también, pero todo eso acabó, cuando se sentaron a hablar y supieron que tanto uno como otro, no estaban enamorados.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro...
y aunque el destino no se había puesto de su parte, ellos habían hecho lo posible por permanecer juntos. Esa noche fue mágica para ambos pues era tan ardiente el deseo que tenían en su interior que la pasión surgía por doquier. Ella se perdía en su suave piel mientras él la besaba sin prisas y prolongadamente admirando cada parte de su cuerpo. Esa noche ambos se fundieron para formar solamente uno y permanecer juntos el resto de sus vidas
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro pero no podían estar juntos. Pero aún sabiendo eso, no estaban dispuestos a dejarlo sin luchar. Ella esperaba que él se lo jugase todo por ella, y así fue. Solo que al final, se dieron cuenta de lo que ya sabían. Sabían que su amor duraría siempre, que era para siempre. Pero no funcionaría. Por eso siempre sería romántico, porque era un amor inalcanzable. Y así separaron sus caminos. Pero cada día a cada hora, pensaban en todos los momentos vividos: Cada abrazo, cada beso, cada caricia... Serían cosas que los acompañarían para siempre.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro pero nadie sabia lo ocurría entre ellos era como si una gran fuente de energía denominada, amor era la que les recorría el cuerpo, era tan la atracción entre ellos que un día inesperado ella muere acecinada por los ciudadanos de esa pequeñita aldea en la cual vivía ese hombre de piel blanda y suave. Nadie sabia el amor entre ellos por eso solo se veían por la noche bien entrada la luna para no ser vistos por los vigilantes de la aldea asta que sucedió lo ocurrido lo inesperado para ese joven que nada mas enterarse corrió como un loco para ver los hechos ya que en cuestión de segundos se había enterado todo el pueblo y a los tres días de la muerte de la muerte de su amor verdadero él decide suicidarse para poder estar junto el uno del otro para el resto de sus vidas.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro. Por fin esa noche habían decidido demostrarse el amor que sentían el uno por el otro, era la noche más especial que jamás habían vivido juntos. Ella decidió que fuese a la luz de la luna bajo las estrellas y él escogió un lugar en el bosque en el que se viese la luna como ella quería y las estrellas, tendió una manta y compró una alianza para regalarsela, estaban entusiasmados, acudieron a la cita y dando las doce ella quiso confesarle su mayor secreto...
Estimado grupo: hay historias muy prometedoras... pero una expresión con incorrecciones ortográficas y expresivas en general. Sobre todo, llama la atención la ausencia de signos de puntuación...¡¡cuidado!!, se debe corregir ante de publicar un comentario.
Saludos cordiales, Juany
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro,ella se llamaba Maria y el Gilbert. Habian tenido diversos contratiempos debido a los tiempos que se corrian en aquel entonces, su religion y por ello la dificultad de no poder mantener en secreto una relacion. Norberto marido de Maria trabjaba de mercadero en el centro de la ciudad, cuando este termina sus obligaciones se dispone a regresar a casa y al pasar por la orilla del lago ve algo que le hace saltar de rabia ve a su esposa sentada en la orilla del lago con Gilbert que es uno de sus mejores amigos. Gilbert se levanta muy nervioso para tranquilizar a Norberto pero este no responde a palabras y desenfunda un puñal y lo degolla in situ. Maria muere apedreada por la multitud dos dias despues.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro. Él sabía desde el principio que estar con ella era peligroso, pero de todas formas continuó, porque su amor por ella era tan fuerte que dejó que sus colmillos penetraran en su piel. Su dolor no era comparable con lo que sentía por ella. En ese momento ella tenía tanta sed que no dudó ni un momento en beber su sangre. Pero cuando vio aquellos ojos que le miraban con tanta pasión, deseó morir. No era bueno para un vampiro enamorarse, pero mucho menos de un humano.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía una piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
Rebeca era una joven vampira con ansias de sangre, pero el poder de su amor era mayor. Tenía una cosa clara a pesar de su inmortalidad: si se amaban no le importaba que les separara el mismo cielo.
No desperdiciaron ni una pizca de su tiempo; años de momentos mágicos vividos: viajes, huellas en la arena que luego eran borradas por el agua del mar, paseos por senderos escondidos, noches de luna llena entregándose en cuerpo y alma, el fruto de ese amor, las gemelas Daura y clara.
Pero aquel día tuvo que llegar, ambos sabían que él era mortal y su destino estaba escrito.
Alex, el único hombre que con el calor de su cuerpo supo abrigar el frío de la hermosa Rebeca tuvo que marchar.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía una piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
Rebeca era una joven vampira con ansias de sangre, pero el poder de su amor era mayor. Tenía una cosa clara a pesar de su inmortalidad: si se amaban no le importaba que les separara el mismo cielo.
No desperdiciaron ni una pizca de su tiempo; años de momentos mágicos vividos: viajes, huellas en la arena que luego eran borradas por el agua del mar, paseos por senderos escondidos, noches de luna llena entregándose en cuerpo y alma, el fruto de ese amor, las gemelas Daura y clara.
Pero aquel día tuvo que llegar, ambos sabían que él era mortal y su destino estaba escrito.
Alex, el único hombre que con el calor de su cuerpo supo abrigar el frío de la hermosa Rebeca tuvo que marchar.
Cuando subimos el texto observamos algunos fallos y este es el correcto.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía una piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
Rebeca era una joven vampira con ansias de sangre, pero el poder de su amor era mayor. Tenía una cosa clara a pesar de su inmortalidad: si se amaban no le importaba que les separara el mismo cielo.
No desperdiciaron ni una pizca de su tiempo; años de momentos mágicos vividos: viajes, huellas en la arena que luego eran borradas por el agua del mar, paseos por senderos escondidos, noches de luna llena entregándose en cuerpo y alma, el fruto de ese amor: las gemelas Daura y clara.
Pero aquel día tuvo que llegar, ambos sabían que él era mortal y su destino estaba escrito.
Alex, el único hombre que con el calor de su cuerpo supo abrigar el frío de la hermosa Rebeca había marchado.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
No pudo contenerse más, abrió sus terroríficas fauces y perforó su piel con ansias incontrolables de saciar su sed. Todo se convirtió en una matanza, en una caza, como cuando una presa ha caído en la telaraña del arácnido. La sangre corría y lo impregnaba todo, solo se oía la respiración bruta y profunda como la de una bestia de la vampiresa y los gritos de dolor de su víctima.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro...
Carolina suspiraba por su amor; pero había un obstáculo que impedía que mostrase su verdadero yo. Ella realmente no era de aquella calaña pero sus rasgos no manifestaban lo mismo, al fin y al cabo por sus venas fluía sangre...algo extraña.
Leo no sospechaba ni lo más mínimo, aunque es cierto que en ocasiones bromeaba con sus colmillos y esas cosas, "algo normal".
En realidad el problema de Carolina no tenía mucha importancia, pero era lógico que tuviera miedo a la reacción de Leo, ella no sabía cómo podría reaccionar. ¿Y si se alejará para siempre?, ¿y si comenzara a desconfiar de mi? ¿Y si me temiera?
A lo mejor... ¡no le da importancia!
Carol no paraba de repetirse las mismas preguntas una y otra vez.
Ni siquiera los propios padres de Carolina pertenecían a aquella raza, para ella aquel linaje acabó cuando murieron sus abuelos.
Pero existen cosas que ni siquiera la muerte puede aniquilar, existen cosas que se llevan dentro, en la sangre, en el alma... ¿o no? podría ser que ni siquiera existiera un alma para arrastrar aquella generación. De todos modos Carolina era muy joven, era demasiado inocente, la pena era que Leo era más inocente aún y ninguno de los dos podía sospechar lo que se les venía encima...
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro...
Pero no todo era tan perfecto. Se podía decir que la relación solo ocurría de noche, ya que ella no podía salir a la luz del sol porque poco a poco la quemaba hasta convertirla en ceniza.
Era una relación fuera de lo común, nadie del pueblo aceptaba la relación de un humano con una vampiresa, y menos lo aceptaba la madre de él, Juliette.
Juliette era la típica persona mayor la cual se reunía con sus amigas y empezaban a hablar de todos los temas más importantes que habían sucedido en el pueblo, por ejemplo, los divorcios, las peleas de pareja, hijos mal educados, etc.
El intentaba hablar con la madre pero ella nunca le hacía caso, pensaba que eso era como un tabú.
La vampiresa harta ya de por así decirlo “suegra” una de las noches le dijo al chico que necesitaba alimentarse, porque no solo se puede alimentar de la sangre de animales, que necesitaba algún capricho que otro cada mes.
Llego a la casa de la suegra preguntando por el novio, la suegra de malas maneras le dijo que saliera de la casa que no era bienvenida. Ella harta se tiro al cuello de Juliette, empezó a alimentarse y no pudo parar.
El chico al día siguiente la llamo diciéndole que no sabía nada de la madre que no estaba en casa, que había desaparecido. Así pasaron días, meses, años y nadie supo más de Juliette.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro. O eso creían hasta que llegó una tercera persona.
Y te preguntarás quién fue esa persona que pudo romper un amor de más de un siglo. Pues yo, yo soy la que decide el destino de los pocos hijo míos que la inquisición dejó vivos.
Mandé a ejecutar a Lucius y desterré a Melizza de nuestra comunidad, al poco tiempo fue encontrada hecha cenizas. A pesar de sus edades, los dos eran uno vampiros demasiado jóvenes y estúpido que, como adolescentes humanos, creyeron ser reyes del mundo y dejaron que su pasión pudiera más que su deber.
¿Te confieso algo? El amor no existe, como no existe el miedo, el dolor, la felicidad. Estamos muerto ¿recuerdas?, los sentimientos son para los vivos. Nosotros no somos nada más que ceniza.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro... será cosa del destino que se conocieran. Ella aun no se daba cuenta que entre ellos dos el amor, quizas no resistirá las ganas de morder. Para ella su sangre era como la vida misma, como el oxigeno que le falta y necesita para vivir, pero ella lo amaba y juro delante de él que nunca le aria daño, que nunca permitiría que la familia de ella le dañara, y junto a la pequeña ermita le jura amor eterno.
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro...
Era un crimen sentir tanto amor. No pudieron elegir, verse les hizo feliz. Ahora era todo distinto porque habían encontrado a alguien que los aceptara y se sintieran cómodos. Era algo increíble: se habían enamorado. No sabían cómo había sido, era la primera vez que les sucedía. Se gustaban, estaban locamente enamorados hasta los huesos. Estaban condenados sin remedio. Ella llegó de repente, igual que una gripe y él le cogió totalmente desprevenida y sin poder reaccionar. Parecía grave pero era todo lo contrario. Él tenía una alegría nueva en su vida y ella era como una especie de luz que hacía que todo lo viese como si acabara de poner allá los ojos por primera vez. Pero luego, tras esa euforia que parece un espejismo, lo que sucede es terrible. Ella llevaba varios días aguantando, diciéndose que eso no le podía pasar a ella, que no era real. Pero cuánto más se lo repetía, más adentro se le colocaba esa doble personalidad que no era capaz de definir. Así que decidió compartir su secreto, no era sencillo decírselo. Había que decidirse, pues, si algo había aprendido de la vida era no andarse por las ramas. A la hora de la verdad ella estaba dando vueltas al asunto, sin abordar directamente el tema que le interesaba, pero es que era el primero. Además, tenía que contarle sus sentimientos, así que, se atrevió gritarle:
- ¡Estoy enamorada de ti!...
Él no contestó, simplemente hizo un gesto de sorpresa aunque su cara parecía de pocos amigos. Le dijo:
- No es que me gustes, es que te quiero. ¿Me oyes? ¡Te quiero! ¡Estoy enamorado!
Lo soltó todo seguido, sin buscar una respuesta y ella se quedó medio sonámbula como una muñeca mecánica. Se miraron a los ojos detenidamente y no pudieron esperar.
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