- Tus reflexiones sobre el último Tratado de la obra, el VII: una redacción única que dé cuenta -completa-de este último Tratado, a modo de "paráfrasis".
- La respuesta concreta a las actividades según el apunte de aula (Guía de lectura).
13/3/11
41. PARA EL ÚLTIMO TRATADO (VII) del "Lazarillo"
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19 comentarios:
En este septimo y ultimo tratado Lázaro consigue el oficio de pregonero de Toledo, cargo con el que espera tener descanso y ganar algo para la vejez. El arcipreste de San salvador le propuso que se casase con su hija, Lázaro acepta , aunque las malas lenguas hablan sobre las relaciones del arcipreste con su mujer. La novela acaba cuando Lázaro consigue un periodo de estabilidad en su vida y se siente bien.
En el VII tratado y último Lázaro se juntó con un alguacil, pero con este amo duró muy poco ya que era peligroso el trabajo que hacía.
Llegó el día en el que el arcipreste de San Salvador vio a Lázaro y lo casó con una criada suya. Vivía muy bien con su nueva esposa, en una casa al lado del arcipreste. Luego comenzaron a formarse cuentos sobre su esposa y el arcipreste. La mujer de Lázaro lloró mucho por estos cuentos, pero Lázaro la tranquilizó. El decide no hacerle caso a los cuentos para que no hubiera una intervención en su felicidad. Finalmente llegó a un período de estabilidad en su vida, y para él no había nada mejor.
Tratado VII
Lázaro cuenta el motivo de su carta. Tras trabajar con un alguacil (policía), empleo que le pareció demasiado peligroso, Lázaro se pone al servicio de un arcipreste, quien le sugiere que contraiga matrimonio con una de sus sirvientas. Cuentan las malas lenguas en la ciudad que, en realidad, el deseo del arcipreste era dar un aire de decencia a su relación con la mujer de Lázaro, que en realidad era su barragana (amante).
Lázaro, que conoce los rumores, prefiere hacer oídos sordos: ha alcanzado la "felicidad" y cierto renombre en la ciudad, eso sí, a cambio de renunciar a su honor y de permitir las infidelidades de su esposa.
En el tratado VII, Lázaro se centró con un alguacil. No duró mucho ya que pensó que su trabajo era muy malvado. Se encontró con el alcipreste de San Salvador el cual le ofreció casarse con su criada, el aceptó, y no se dejó llevar por los rumores y consiguió tener una vida estable.
En este último tratado Lázaro tambien tiene dos amos: un alguacil, del que renuncia facilmente porque el oficio de este le resulta dificil. El segundo es el Arcipreste de San Salvador, el último de todos sus amos. Dicho amo convence a Lázaro para que se case con una de sus criadas. Es así mismo un amo que representa una vez más la corrupción del clero pues en la obra se rumorean supuestas aventuras entre la mujer de Lázaro y el arciprestre. Pero en esta ocasión el protagonista hace oídos sordos a todas estas acusaciones y defiende a su mujer dejándola libre de cualquier culpa.
-En el tratado I el ciego profetiza el futuro de Lázaro. ¿Se cumple el pronóstico?
Sí, el ciego le dice que en un futuro será un pregonero de vinos y en efecto, es a esto a lo que se dedica Lázaro, aunque también pregona otras cosas.
Nos cuenta que después Lázaro se asentó con un alguacil. Duró muy poco con él, porque le pareció que el oficio de su amo era peligroso.
Llegó el día en el que el arcipreste de San Salvador vio a Lázaro y lo casó con una criada suya. Vivía muy bien con su nueva esposa, en una casa al lado del arcipreste. Luego comenzaron a formarse cuentos sobre su esposa y el arcipreste. La mujer de Lázaro lloró mucho por estos cuentos, pero Lázaro la tranquilizó. El decide no hacerle caso a los cuentos para que no hubiera una intervención en su felicidad. Finalmente llegó a un período de estabilidad en su vida, y para él no había nada mejor.
Tratado Séptimo
En este tratado también tiene dos amos: un alguacil, del que renuncia en poco tiempo por el oficio tan difícil, y el Arcipestre de San Salvador (su último amo). Este amo lo casa con una criada suya. También representa la corrupción del clero, pues se rumorean supuestas aventuras entre la mujer de Lázaro y el arcipestre. Pero el protagonista hace oídos sordos a todas estas acusaciones.
En esta ocasión se puso a trabajar para un alguacil, al que terminó por abandonar, al ser el oficio de éste una actividad muy peligrosa. Por fin consiguió un verdadero trabajo, de pregonero, y también logró casarse con la criada del Arcipreste de San Salvador, pero sólo por interés. Ella era servicial, pero Lázaro oyó por parte de sus amigos comentarios acerca de su mujer que no le acabaron de gustar. Al final se arregló todo, y Lázaro definitivamente se sintió feliz después de tantos años de miserias y problemas.
En este séptimo y último tratado, Lázaro consigue un trabajo que le permite sobrevivir, el de pregonero (el cual está mal visto). Un arcipreste, viendo su pregonar decide encargarle el anuncio de sus vinos.
Recomendado por este, Lázaro se casa con la que es unas de sus criadas y la que a su vez, mantiene relaciones con su amo. Lázaro, aun teniendo pruebas, no quiere ver la infidelidad y se acomoda a la situación que ha alcanzado.
En este último tratado observamos los mejores años de Lázaro. En un primer momento, se asentó con un alguacil, al que finalmente terminó abandonando debido al peligro al que se exponía si seguía sirviéndole. Seguidamente, su último amo es un arcipreste, y con él se dedica a pregonar sus vinos y también las persecuciones. Finalmente, en este tratado final apreciamos como Lázaro defiende tanto a su esposa como al bueno de su amo y le echa la culpa de los inventos a las malas lenguas.
En el último tratado, Lázaro se asienta con un alguacil al que abandona debido al peligro al que se exponía sirviéndole. Luego encuentra a un arcipreste, y con él se dedica a vender vinos y consigue una esposa.
En este tratado el arcipreste de San Salvador vio a Lázaro y lo casó con una criada suya. Vivía muy bien con ella aunque la gente empezó a crear cuentos sobre su esposa y el arcipreste. La esposa lo paso mal aunque Lázaro siempre estuvo ahí para apoyarla. Nunca hizo caso de lo que la gente opinaba y comentaba. Llegó a un momento en su vida que para el no había nada mejor.
TRATADO VII
En este tratado Lázaro se ajunta con un alguacil, pero Lázaro lo deja porque cree que su trabajo es peligroso. Un día un arcipreste lo casó con su hija. Vivían feliz, hasta que a Lázaro le llegaron rumores de que el arcipreste y su esposa, pero este no le dio mayor importancia. Para Lázaro estaba en el mejor momento de su vida.
Reflexiones:
En el tratado VII, Lázaro menciona que ha estado con un alguacil, pero que lo ha abandonado porque le parecía un trabajo arriesgado y peligroso.
Tras tantas insuficiencias, Lázaro se asentó con el arcipreste de San Salvador para el cual hacía de pregonero. El arcipreste lo casó con su criada, le da trabajo pregonando sus vinos y le alquila la casa. A Lázaro no le importaba lo que las malas lenguas decían sobre las relaciones entre ellos ya que podía llegar a pegar a alguien que dijese algo malo de su mujer.
El Emperador entró en la ciudad de Toledo y tuvo en ella Cortes. Lázaro ascendió socialmente con esfuerzo y astucia, y estaba muy satisfecho porque estaba en la cumbre de toda fortuna.
En este ultimo tratado, Lázaro se asentó con un alguacil.
Duró muy poco con él, porque le pareció que el oficio de su amo era peligroso.
Llegó el día en el que el arcipreste de San Salvador vio a Lázaro y lo casó con una criada suya. Vivía muy bien con su nueva esposa, en una casa al lado del arcipreste. Luego comenzaron a formarse cuentos sobre su esposa y el arcipreste. La mujer de Lázaro lloró mucho por estos cuentos, pero Lázaro la tranquilizó. El decide no hacerle caso a los cuentos para que no hubiera una intervención en su felicidad. Finalmente llegó a un período de estabilidad en su vida, y para él no había nada mejor.
TRATADO VII
En el tratado I el ciego profetiza el futuro de Lázaro. ¿Se cumple el pronóstico? Comenta la evolución en el pensamiento y la conducta de Lázaro. (Las dos preguntas están juntas)
Lázaro evoluciona en el pensamiento y conducta de una manera muy notable, cuando su madre se lo entregó a un ciego para que le cuidara Lázaro era una persona inocente, ingenua que no pensaba en el mal que iba a poder recaer sobre él. A lo largo de los tres primeros tratados se encuentra el progreso de la educación de Lázaro por la necesidad que tenía en robar y como aprender a mentir para salvarse de esos apuros. Lázaro robaba al principio por el hecho de que tenía que sobrevivir y si no se alimentaba no lo lograría. Al mismo tiempo tenía piedad y se compadecía distinguiendo el bien del mal pero lo hacía para procurarse su supervivencia. Cuando los últimos tratados comienzan a entrar en relatarse nos damos cuenta de que Lázaro ya no es ese niño ingenuo que conocimos sino que los hurtos que cometía los hacía por placer simplemente y aunque sabiendo distinguir el bien del mal seguía actuando según su propio beneficio. La mayoría de los aspectos que le hicieron a Lázaro madurar y convertirse en un pícaro, una persona astuta y maliciosa fue el tiempo que pasó con el ciego. Este ciego profetiza el futuro de Lázaro diciendo “Si un hombre ha de ser bienaventurado en el mundo por el vino, has de ser tú” y en este tratado se narra cómo Lázaro se hace pregonero de vinos. En el siglo XVI el honor era una de las cosas más importantes para todas las personas y un ejemplo claro de ello lo encontramos en el tratado III del escudero. El honor dependía del dinero de cada uno, ya que con él se podía comprar títulos y ascender socialmente. Este dato era muy importante para Lázaro puesto que todo lo que hace es para ascender de categoría. Lázaro no podía subir de estamento porque no tenía suficiente dinero para comprase esos títulos, pero en el último tratado Lázaro consigue estabilizarse económica y emocionalmente y a pesar de rumores que corrían sobre aventuras entre su mujer y el arcipreste prefiere no creerlo y seguir en la clase media-alta que había conseguido.
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